
Esa piel fue particular. La hacés bien, y aunque te hierva la sangre, te encadenas para no llamar. ¿Cómo hacés? Conozco todos tus trucos, pero aún así me das que pensar. Y así vas, sin perder el objetivo, pidiendo dos cuando querés tres. Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden, y aquellas voces no me hablan màs.
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